1 huevo
1 taza de agua
1 bolsa con una taza de harina
1 cucharadita de ajo
3 cucharadas de cebolla
1 cucharadita de salsa de soya
1 cucharada y media de Natuvia Granulado
1 cucharadita de jengibre
1 cucharadita de vinagre
1 taza completa de jugo de naranja
Fécula de maíz
Ajonjolí tostado
Sal
Pimienta
Aceite
Partí la pechuga en pequeños trozos. Reservá.
Añadí en un bowl 2 tazas de harina, 1 huevo, 1 taza de agua, sal y pimienta al gusto. Revolvé hasta que quede una mezcla suave y dejala a un lado.
Llevá a una bolsa con una taza de harina los pedacitos de pechuga. Cerrala muy bien y revolvé los ingredientes.
Pasá los pedacitos de la pechuga por la mezcla del paso 2 e inmediatamente llevalo al aceite caliente.
Freí hasta que queden bien doraditos y llevalos a una sartén.
En esa sartén, antes de incorporar los trocitos del pollo, añadile aceite, 1 cucharadita de ajo, 3 cucharadas de cebolla y mezclás.
Luego, incorporá 1 cucharadita de salsa de soya, 1 cucharadita y media de Natuvia Granulado, 1 cucharadita de jengibre, 1 cucharadita de vinagre, 1 taza completa de juego de naranja. Mezclá 2 tazas de agua con 2 tazas de fécula aparte para espesar la salsa, añadila y colocá ajonjolí tostado.
¡Es el momento de fusionar sabores! Agregá el pollo, revolvé con la salsa y listo.