4 tazas de hojas de espinaca lavada
1 cebolla mediana
3 dientes de ajo
1 taza de crema de leche
2 sobres de Natuvia con Probióticos
½ taza de caldo de verduras
½ cucharadita de nuez moscada
1 cucharadita de mantequilla
12 huevos grandes
500 g de papa amarilla
1 taza de queso mozarella
Salsa florentina:
Cortá las hojas de espinaca en trozos medianos. Para blanquear las hojas, pasalas por agua hirviendo 1 minuto y luego sumergilas en agua de hielo.
Picá la cebolla y el ajo finamente. Colocalos en una sartén a fuego mediano con la mantequilla, cocina hasta que la cebolla cristalice.
Agregá las espinacas blanqueadas y escurridas, y cociná por un par de minutos.
Añadí la crema de leche, los sobres de Natuvia, el caldo de verduras, la nuez moscada y condimentá con sal y pimienta al gusto.
Bajá el fuego y cociná por cinco minutos más hasta que la salsa reduzca.
Omelette:
Abrí los 12 huevos en un bowl y batidlos juntos uniformemente. Si querés que el omelette se vea lo más uniforme posible, pasá la mezcla por un colador para filtrar cualquier grumo.
Porcioná en 4 partes y cocina los omelettes en un a sartén grande engrasado con mantequilla a fuego bajo. Podés ayudarte de una espátula, o bien de un plato para darle vuelta.
En cuado le des la vuelta, colocá en el centro salsa florentina al gusto, queso cheddar mozarella y cerralo a la mitad.
Hashbrowns caseros:
Pelá y rallá las papas (usando la parte más gruesa del rallador).
Usando una tela como filtro, o bien un colador, intentá sacarle la mayor cantidad de agua posible presionando la papa rallada.
En un sartén colocá un poquito de mantequilla, y ¼ de taza de la mezcla de papa. Dale la forma deseada y no movás el hashbrown hasta que esté dorado debajo y le vayás a dar vuelta.
Servilos con el omelette.